Desde la Agrupación Xango venimos impulsando el
reconocimiento histórico de la comunidad afroargentina y la cultura afro. Lo hacemos
como parte del camino de visibilización y reconocimiento de nuestra comunidad, con
el objetivo de promover la implementación de políticas publicas y acciones
afirmativa que permitan revertir las consecuencias del racismo estructural.
Con esta
perspectiva estamos promoviendo desde la Asamblea Permanente de Organizaciones Afro de Argentina (A.P.O.A.A) la articulación
nacional del movimiento afro, la creación de políticas públicas y un trabajo de incidencia política en el
parlamento nacional – inédito para nuestro colectivo – que ha tenido como uno
de sus resultados el proyecto de Ley que instituye el 8 de noviembre como "Día
Nacional de los/as afroargentinos/as y de la cultura afro" y que a
continuación compartimos.
PROYECTO DE LEY
El Senado y Cámara de Diputados de la Nación...
Artículo 1.- Instituyese el día 8 de noviembre
como "Día Nacional de los/as afroargentinos/as y de la cultura afro"
en conmemoración de María Remedios del Valle, a quien el General Manuel
Belgrano le confirió el grado de Capitana por su arrojo y valor en el campo de
batalla.
Artículo 2.- Incorporase el día 8 de noviembre
como "Día Nacional de los/as afroargentinos/as y de la cultura afro"
al calendario escolar.
Artículo 3.- Encomiéndese al Ministerio de
Educación de la Nación,
a través del Consejo Federal de Educación y las autoridades educativas de las
distintas jurisdicciones, acordar la incorporación a los contenidos
curriculares del sistema educativo, en sus distintos niveles y modalidades, la
conmemoración de dicho día y la promoción de la cultura afro.
Artículo 4.- Encomiéndese a la Secretaria de Cultura
de la Nación la
conmemoración del "Día Nacional de los/as afroargentinos/as y de la
cultura afro" a través de políticas públicas que visibilicen y apoyen a la
cultura afro en sus distintas disciplinas.
Artículo 5.- Comuníquese al Poder Ejecutivo.
Fundamentos.
Sr.
Presidente:
La presencia de africanos y africanas en lo que
hoy es el territorio argentino data de finales del siglo XVI, cuando la trata
esclavista - llevada a cabo por los imperialistas y colonizadores del aquel
momento – los y las trajo hasta los distintos puertos de nuestro continente,
incluido el de Buenos Aires.
Las organizaciones de afrodescendientes han
utilizado la consigna “Estuvimos, Estamos” en referencia a la constante
presencia y aporte de los afrodescendientes a la construcción de nuestro Estado
Nación y nuestra cultura desde diferentes e importantes momentos históricos.
Sin embargo, el aporte y la presencia de los
afrodescendientes ha sido históricamente invisibilizado y negado por el relato
histórico que han impuesto las clases dominantes y las elites académicas, es
por eso que este proyecto de Ley busca comenzar un proceso de reparación y
reconocimiento histórico de los afroargentinos y afrodescendientes de la
diáspora, visibilizando su legado histórico, económico, cultural y social que
sin dudas es parte de nuestra identidad nacional.
Con ese objetivo la nominación del 8 de noviembre
como "Día Nacional de los/as afroargentinos/as y de la cultura afro"
coincide con la fecha de la muerte de María Remedios del Valle, “madre de la
patria” a quien el General Manuel Belgrano le confirió el grado de Capitana por
su arrojo y valor en el campo de batalla.
Como parte de las reflexiones y debates que ha
generado el Bicentenario de la
Revolución de Mayo, de aprobarse este proyecto de Ley,
estaríamos haciendo a nivel nacional el primer reconocimiento institucional de
los afrodescendientes por su rol protagónico en la historia de nuestro país y su
aporte cultural que es constituyente de nuestra identidad nacional, reconociendo
a los afrodescendientes, junto a los pueblos originarios y europeos como los tres componentes étnico-culturales constitutivos
de la nación argentina.
--
En efecto, la llegada al virreinato del Río de la Plata de personas
esclavizadas provenientes de África se ubica en el Siglo XVI. El ingreso de
esclavizados/as africanos/as comenzó en las colonias del Río de la Plata en 1588, aunque estos
primeros arribos fueron en gran parte obra del contrabando, y el tráfico
prosperó a través del puerto de Buenos Aires cuando se concedió a los
británicos el privilegio de ingresar una cuota de esclavos.
Se calcula que 60.000.000 de africanos fueron victimas
del “Comercio Transatlántico de Esclavizados/as” hacia América, de los cuales
sólo llegaron con vida 12.000.000, que ingresaron fundamentalmente a través de
los puertos de Buenos Aires, Montevideo, Valparaíso y Río de Janeiro.
Los esclavizados/as se destinaron a las
actividades de agricultura, ganadería, trabajo doméstico y en menor medida la
artesanía para la venta, cuyos réditos percibían sus patrones. El sistema esclavista y el proceso de
su liberación estuvieron mediados por el servicio en las milicias.
El censo llevado a cabo por Juan José de Vértiz y Salcedo en
1778 arrojaba resultados muy elevados en las provincias de mayor producción
agrícola: el 54% en la provincia de Santiago del Estero, el 52% en la provincia
de Catamarca, el 46% en la provincia de Salta, el 44% en la provincia de
Córdoba, el 42% en la provincia de Tucumán, el 24% en la provincia de Mendoza,
el 20% en la provincia de La Rioja, el 16% en la provincia de San Juan, el 13%
en la provincia de Jujuy, el 9% en la provincia de San Luis. En otras
provincias constituían una parte importante de la población; uno de los barrios
bajos de la ciudad de Corrientes lleva hasta hoy el nombre de Camba Cuá —del
guaraní kamba kua, "cueva de los negros".
En cuanto a la ciudad de Buenos Aires el mismo censo cifraba
en 15.719 la cantidad de españoles, 1.288 la de mestizos e indios y de 7.268 la
de mulatos y negros, mientras que en 1810 se contabilizaban 22.793 blancos,
9.615 negros y mulatos y tan sólo 150 indígenas.
El padrón concluido y entregado al Virrey el 27
de marzo de 1779 dio el total de 186.526 personas, de las cuales 70.241 se
categorizaron como "blancas", 41.573 como "naturales", 68.551
como "negros, etc." y 6.161 como "mestizos". Ello implica
que el 36,75 % de la población censada en aquel momento eran negros. Aunque ese
censo no se hizo en Santa Fe, el estudio realizado por Catalina J. Pistone en
"La esclavatura negra en Santa Fe" (Junta Provincial de Estudios
Históricos de Santa Fe, 1996) dio un 27,73 % de presencia negra, mestiza pero
solo de la zona urbana si lo proyectamos a toda Santa Fe rondaría el 35-40 % de
su población total.
En el contexto de las invasiones inglesas y con
la necesidad de la corona de saber con cuantos individuos se contaba para hacer
frente al enemigo, entre 1806 y 1807 se levantó un padrón general de los
habitantes a fin de alistar a los hombres de entre 16 y 50 años de edad. Del
mismo se obtiene en Buenos Aires (ciudad y campaña) un porcentaje de pardos y
morenos censados del 26 % comprendido por 6.650 negros y mulatos frente a
15.078 blancos (Schávelzon 2007). Un relevamiento realizado en 1810 da cuenta
de 40.398 habitantes en la ciudad de Buenos Aires de los cuales 11.837 eran
negros y mulatos (29,3 % de la población total, siendo éste el máximo
porcentual que alcanzó la ciudad unos años antes, en 1806 con el 30,1 %).
Luego, si bien la población afro en 1887 apenas
representaban el 1,8 % de la población total, cabe consignar que, para esa
época, estaba en pleno funcionamiento una maquinaria política ideológica ideada
y propulsada por las clases dominantes y las elites intelectuales conocida como
la Generación
del 80. La misma instrumentó todas las medidas necesarias tendientes al
"blanqueamiento" sociocultural del país con miras a reposicionarlo
como una potencia. En ese marco, por ejemplo, al mismo tiempo que se abrieron
las puertas a la inmigración europea, se generaron en los censos nuevas
categorías clasificatorias de las personas como trigueño, en desmedro de la
población negra. Estos mecanismos de subrepresentatividad de la población afro
son algunos ejemplos de las estrategias racistas para promover una Argentina
que “desciende de los barcos europeos”
Otro
de los orígenes de la presencia de africanos y africanas en la Argentina que data de fines del siglo XIX hasta
mediados del siglo XX, se corresponde con las inmigraciones provenientes de las
Islas de Cabo Verde, que llegan a la Argentina en busca de mejores condiciones de vida
que la impuesta por la administración colonial portuguesa en su país. Llegan
así marinos caboverdianos a trabajar en las incipientes flotas fluviales y
marinas mercantes argentinas.
El
tercer momento se da en 1990. Sus causas son principalmente económicas,
combinadas con temores de persecución política, así, arriban al país migrantes
de Senegal, Nigeria, Mali, Haití, Ghana y el Congo. A ellos se suman
afrodescendientes provenientes de países latinoamericanos como Uruguay, Brasil,
Perú, Ecuador, Colombia, República Dominicana, entre otros.
Si bien es cierto que miles de africanos y afrodescendientes
murieron en las guerras de independencia y por el efecto de la llamada fiebre
amarilla, también lo es que luego las clases dominantes desarrollaron un
proceso de “blanqueamiento” ideológico y cultural. Miles de mujeres y niños y
niñas sobrevivieron y continuaron aportando a la construcción de nuestra
nación. En ese sentido los aportes de la cultura afro siguen presentes a través
de la música, las comidas, el lenguaje y en los integrantes de su comunidad que
día a día reproducen sus valores culturales, religiosos y sociales. En el tango,
el candombe, la milonga y la chacarera ritmos típicos nacionales denotan su
presencia, mucuma, mondongo, mandinga y mina su influencia en el lenguaje y la cultura nacional.
Argentina avanza en reconocerse como un país
intercultural, multiétnico, plural y diverso, en ese marco en el año del
Bicentenario desde una concepción integradora e inclusiva se realizó el Censo
Nacional de Población Hogares y Vivienda el miércoles 27 de octubre de
2010, del que también fueron protagonistas sectores que han sido históricamente
invisibilizados, como la población afrodescendiente.
Hasta el 2010, los últimos datos estadísticos
relevados sobre población afro en Argentina se remitían al Censo de la Ciudad de Buenos Aires de
1887. Dando cuenta
del proceso de invisibilización de la población afro en nuestro país, que
instaló y sostuvo hasta la actualidad en el imaginario social la idea de que
“en Argentina no hay negros”, con consecuencias negativas para los procesos de
autorreconocimiento étnico y reafirmación de los afrodescendientes en el país.
La inclusión de la variable afro en el Censo de
2010 fue una decisión del Gobierno Nacional que buscó darle un marco al justo
reconocimiento de la población afrodescendiente y dar respuesta a la intensa
actividad reivindicatoria desarrollada por las organizaciones afro de
Argentina.
Así fue que después de 123 años, la comunidad afro
de la Argentina
conquisto un avance histórico como fue la decisión del Instituto Nacional de
Estadísticas y Censos (INDEC) de incluir a la comunidad Afroargentina en el
mayor relevamiento de población que se lleva a cabo en el país.
Concretamente se agregó a la cedula censal una
pregunta que permitirá dar cuenta de la población afrodescendiente existente en
el país. Esta decisión fue una conquista para toda la comunidad afroargentina,
la cuál fue una de las principales reivindicaciones del movimiento negro
organizado por lo que sus organizaciones han entendido que se trata de un hecho
que constituyó una bisagra histórica que le plantea nuevos desafíos, debates y
perspectivas.
Comenzar a saber cuantos se declararon
afrodescendientes en el censo y en que condiciones viven permitirá plantear el
desarrollo concreto de políticas públicas afirmativas para revertir centenares
de años de exclusión e invisibilización. Las organizaciones de
afrodescendientes aspiran a que la información que surja de esta herramienta
contribuya a profundizar un camino de visibilización e iniciar políticas de
reparación para su
comunidad.
A través de los resultados preliminares se puede
observar que “ hay 62.642 hogares con al
menos una persona afrodescendiente en todo el país. Dentro de esos hogares se
encuentran 149.493 personas, de los cuales un 51% son varones y un 49% son
mujeres, a la inversa de lo que sucede en la población total de la Argentina, donde hay un
48,7% de hombres y un 51,3% de mujeres. Esto se debe, en parte, a que la
población afrodescendiente es una población menos envejecida (el envejecimiento
es predominantemente femenino) que la del total del país. Mientras el
porcentaje de personas de 65 y más en Argentina es de 10,2%, para la población
afrodescendiente el valor es de 7,4%.
Además se
puede destacar que el 92% de la población afrodescendiente censada ha nacido en
nuestro país, y un 8% en el extranjero. De este 8%, la mayoría proviene de
América (84,9%), principalmente de Uruguay (20,8%), Paraguay (16,1%), Brasil
(14,2%) y Perú (12,5%)”.Datos del Instituto Nacional de Estadísticas y
Censo.
Es así que la incorporación de la variable étnico
racial en el pasado censo nacional de población se transformó en el punta pie
inicial del proceso de reconocimiento y valoración histórico - cultural de los
y las afrodescendientes desde una perspectiva institucional. Esta decisión del
Estado argentino, en respuesta a una demanda histórica de las organizaciones
sociales de afrodescendientes, se enmarca en un proceso de cada vez mayor
visibilización y empoderamiento de dicha comunidad. Un claro ejemplo de ello es
la realización de la “Asamblea Nacional de Afrodescendientes de la Argentina” realizada en
marzo de este año, que les permitió construir el “Plan nacional de políticas
publicas para la población afrodescendiente de la Argentina”, cuyo
objetivo principal es deconstruir su
pasado, fortalecer su presente y revalorizar su futuro.
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La fecha
de la muerte de María Remedios del Valle, que hemos elegido para conmemorar el "Día
Nacional de los/as afroargentinos/as y de la cultura afro", tiene por
objetivo rescatar la figura de una mujer afrodescendiente que se desempeño
primero como enfermera y luego como capitana en las tropas comandadas por el
General Manuel Belgrano, a quien estamos homenajeando este año en el
bicentenario de la creación de la bandera y del “éxodo jujeño”.
La figura de Remedios del Valle sintetiza la de
miles de afrodescendientes que lucharon por nuestra Patria, con la
particularidad – en su caso - de que en aquella época no se aceptaban mujeres
en el campo de batalla. En 1812 Remedios del Valle fue autorizada por el
General Manuel Belgrano para asistir a los heridos en la batalla de Tucumán y
termino actuando en la retaguardia desafiando sus ordenes. Pronto se convirtió
en leyenda para la tropa, que comenzó a llamarla la “Madre de la Patria”. Ella fue la única
mujer admitida en la milicia por el General Belgrano, a quien confirió el grado
de capitana.
María
Remedios perdió a su marido y a sus hijos bajo las balas enemigas, pero se
destacó en las batallas de Salta, Vilcapugio y Ayohuma. Tras la derrota, cayó
en manos españolas. Desde el campo de prisioneros ayudó a huir a varios
oficiales patriotas. Logró huir y reintegrarse al ejército argentino donde
continuó siguiendo a las fuerzas de Martín Miguel de Güemes y Juan Antonio
Álvarez de Arenales, empuñando las armas y ayudando a los heridos en los
hospitales de campaña.
Cuando
la revolución triunfó, no se supo más nada de ella, hasta que la encontraron mendigando
en donde hoy es la Plaza
de Mayo. El 11 de octubre de 1827, los diputados de la Junta de Representantes de la Provincia de Buenos
Aires trataron el pedido para entregarle una pensión. Según se lee en las actas
de la sesión, la llamaron "una heroína", "una infeliz que si no
fuese por su condición (pobre, mujer y negra) se habría hecho célebre en todo
el mundo", "una mujer de mérito que no merece que olviden sus
servicios" pero recién aprobaron la pensión el 18 de julio de 1828.
Remedios
del Valle murió sola el 8 de noviembre de 1847, después de haberse cambiado el
nombre por el de Remedios Rosas, en reconocimiento al gobernador Juan Manuel de
Rosas, quien la había ascendido a Sargento Mayor, en 1829.
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Entendemos
que la cultura de las comunidades afrodescendientes de Argentina, las Américas
y el Caribe es una realidad compleja, que requiere una visión de proceso tanto
en el tiempo como en el espacio.
La
III Conferencia
Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas
Conexas de Intolerancia, celebrada por las Naciones Unidas en Durban
(Sudáfrica) durante 2001 esboza: “Reconocemos que los afrodescendientes han
sido durante siglos víctimas del racismo, la discriminación racial, y la
esclavización, y de la denegación histórica de muchos de sus derechos”.
A
partir de Durban los Estados firmantes de la Declaración de la Conferencia, entre los
cuales se incluye a Argentina, se comprometieron a promover la realización de
datos oficiales sobre la situación de los y las afrodescendientes, para
evaluar y formular políticas de reparación a esta población, por la deuda
resultante del proceso de esclavización, así como a generar acciones de lucha
contra el racismo, la pobreza y la discriminación que afecta particularmente a
estas comunidades.
Las
organizaciones de la sociedad civil adoptaron el concepto “afrodescendiente”
para auto definirse, englobando en el a las personas que tienen antepasados de
origen africano o afrodescendientes, nacidas fuera del continente africano. También
se habla de “Diáspora” para hacer referencia de la dispersión de los millones y
millones de africanos/as y afrodescendientes que se encuentran fuera del
continente.
También
a partir de Durban se consolidó la idea de no utilizar de la palabra “negro/a”
para referirse a las personas de ascendencia afro, por ser la expresión de un
concepto impuesto por los esclavistas, para cosificar y robarles a los
afrodescendientes su identidad étnico cultural, invisibilizando sus distintas
procedencias y utilizarlos como objetos del mercado.
El
concepto afro vincula a las expresiones de matriz africana, en cualquiera
de sus variables, es un concepto amplio e incluyente, denomina e incluye a
todas las personas, expresiones sociales y culturales vinculadas con la matriz
africana.
Investigaciones específicas como las de Rangel (2006) y Antón y Minda (2008)
demuestran con indicadores sociales que entre afrodescendientes y no
afrodescendientes existen enormes brechas, que impiden que los primeros
alcancen las Metas y los Objetivos del Milenio y se concluye que la pobreza, la
desigualdad socioeconómica y la exclusión social constituyen desafíos que los
Estados entre otras problemáticas deben superar.
Durante
el 2011 “Año Internacional de los y las Afrodescendientes” la comunidad afro en
la Argentina se
agrupó para construir y aportar una herramienta al desarrollo social, cultural
y político de dicho colectivo. Desde una perspectiva integracionista y como
forma de aportar a la visibilización y transformación social, profundizar la
igualdad, la equidad, la no discriminación y la lucha contra el racismo, los y
las afrodescendientes en la Argentina
han fortalecido y consolidado procesos de articulación y organización social y
política que permiten pensar acciones e intervenciones comunitarias y sociales
que fortalezcan la igualdad y den visibilidad a una comunidad tan olvidada
como lo es la afroargentina.
Con
el objetivo de fomentar la organización y articulación social de las
organizaciones de afrodescendientes de la Argentina y promover espacios de encuentro y
generación de propuestas que permitan construir una agenda de trabajo y plan de
acción para la construcción e implementación de políticas públicas dirigidas a
la comunidad afrodescendiente, las organizaciones Movimiento Afrocultural,
Asociación Amigos de las Islas de Cabo Verde, Agrupación Xangô, Asociación
ONIRA y Jóvenes Argentinos Caboverdianos constituyeron la Comisión Organizadora
de la Asamblea
Nacional de Afrodescendientes que se realizó el 16 y el 17
de marzo de 2012.
En
encuentro contó con el apoyo del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, la Subsecretaria de
Derechos Humanos de la Nación
y del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo
(INADI). Participaron delegaciones de Santiago del Estero, Tucumán, Santa Fe,
Catamarca, Corrientes, Córdoba, Entre Ríos, Provincia y Ciudad de Buenos Aires.
Contra un discurso hegemónico dominante de invisibilización, la
población afro argentina se mantuvo a lo largo del tiempo en nuestro país hasta
nuestros días y la influencia de la cultura de origen africano en la cultura
argentina ha sido reconocida ya por la Legislatura de la Provincia de Buenos
Aires declarando el 11 de octubre como Día de la cultura afro argentina, Ley 14276
y en el ámbito nacional el INADI creó en 2006 el Foro de Afrodescendientes para
atender todo lo concerniente a la discriminación.
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La iniciativa de declarar el día 8 de noviembre
como "Día Nacional de los/as afroargentinos/as y de la cultura afro" es
una propuesta que incluye a toda la comunidad afro en sus diferentes
expresiones, partiendo de visibilizar a los/as afroargentinos/as y rescatando
la noción de “cultura afro”, reuniendo en ella el conjunto de aportes de los
afroargentinos, afrodescendientes, africanos y de la diáspora.
Reconociendo como punto en común el origen
africano de los distintos aportes y no el lugar de donde arribaron los barcos
que trajeron a los ancestros esclavizados en el marco del proceso colonizador.
Promovemos así una visión nacional y diasporica, al mismotiempo.
Los y las afrodescendientes son personas migrantes y diasporicas, nacieron en
estas tierras porque el barco esclavista paró en este puerto y no en otro. Justamente
muchos de ellos, aún hoy,
no conocen de
que parte de África vienen porque el esclavista como estrategia de
debilitamiento, sumisión y separación mezclaba y separaba las distintas etnias
y grupos etnicoculturales para fomentar la incomunicación, la separación, la
división y tener más elementos de extorsión para lograr su cometido: el
comercio esclavista.
El agregado del gentilicio permite marcar la
adscripción geo política e incluye lo afectivo, teniendo en cuenta que de los
datos obtenidos en el ultimo censo se observa como resultado que del porcentaje
de población encuestado que se reconoce como afrodescendiente, el 92% se
considera afro argentino.
En este sentido política, ideológica y
culturalmente - basados en un concepto integracionista - promovemos el
"Día Nacional de los/as afroargentinos/as y de la cultura afro"
porque implica reconocer las distintas expresiones de matriz africana que se
encuentran en el territorio nacional, sean personas, costumbres y/o expresiones
culturales, sociales y demás.
El objetivo central es celebrar en la Argentina aquellas
expresiones de matriz africana y sobre todo pensar en el reconocimiento y
visibilidad de una comunidad históricamente invisibilizada como lo es la
comunidad afroargentina.
Por lo antedicho pido a mis colegas Diputados que
me acompañen con este proyecto.
Diputados y
diputadas firmantes: Horacio Pietragalla Corti, Adriana Puiggros, Diana Conti, Marcos
Cleri, Andres Larroque, Walter Marcelo Santillan, Mayra Soledad Mendoza, Anabel
Fernández Sagasti, Maria Luz Alonso, Eduardo Enrique De Pedro.