El pasado
15 de agosto se realizó la primera “Jornada sobre etnoeducación y cultura afro.
Diálogo de experiencias entre Colombia y la Argentina”. El evento tuvo lugaren
la sede de la Agrupación Xangó y contó con la participación de la profesora
Elizabeth Castillo, directora del Centro de Memorias Étnicas de la Universidad
del Cauca (Colombia), la profesora Karina Bidaseca de la UBA y del Programa UNIAFRO de
la Universidad Nacional de San Martin/IDAES y con varixs activistas y
educadores afrodescendientes.
El objetivo
de la actividad fue dar inicio a una seria de actividades y acciones para
profundizar los debates y las reflexiones respecto de la inclusión de la
perspectiva afro en los contenidos educativos y en la formación docente.
Visualizar los desafíos de este camino de construcción e implementación de
nuevas prácticas educativas que permitan modificar la mirada colonialista que
se trasmiten en los sistemas educativos respecto de lxs Afrodescendientes.
Repensar roles y desafíos del movimiento afro, de lxs docentes y educadores en
este camino.
La profesora Castillo habló sobre el panorama
de la etnoeducación en el contexto colombiano e hizo referencia a la dicotomía
entre la invisibilidad y el reconocimiento de la población afrodescendiente en
ese país.
Dentro de
los planteos centrales de su disertación la profesora Castillo afirmó que:
* En
Colombia existe un pensamiento sobre etnoeducación y una lucha educativa de vieja data, que no
han sido visible en los análisis históricos.
* Los
viejos problemas de la negritud
son parte de la lucha por la etnoeducación afrocolombiana.
* El
pensamiento diaspórico es parte de la historia de la etnoeducación y parte de
la historia de la nación colombiana.
La
Constitución Política de 1991 reconoce a Colombia como una nación pluriétnica y
multicultural y hace un reconocimiento específico de las comunidades indígenas
y negras. Este logro abrió un espacio
importante en el cual se reconoció oficialmente a los afrocolombianos como
grupo étnico. Sin embargo, la realidad social y educativa de esta población
registra los índices socioeconómicos más bajos con relación a otros grupos
presentes en el país.
A partir
de las trasformacionesintroducidas por la Constitución se reconocen por primera
vez en la historia de Colombia los derechos territoriales de las comunidades
negras yse crea la Cátedra de Estudios Afrocolombianos, para los niveles de
educación básica y media del Currículo Educativo Nacional. Esta Cátedra constituye un importante antecedente
en los lineamientos curriculares para la educación en las comunidades
afrocolombianas del año 1996.
Las
reivindicaciones educativas del movimiento afrocolombiano son parte de una
larga lucha que han librado intelectuales, maestros, comunidades y
organizaciones negras, afrocolombianas, palenqueras y raizales, lo cual
contradice el planteo del discurso multicultural oficial que sitúa dichas
reivindicaciones en los años 90tas.Es así como, los problemas de la
etnoeducación no empiezan en dicha década con lo cual la lucha por laeducación
afrocolombiana no es una creación ni los reformistas de los noventas, ni de las
instituciones académicas.
Desde la
década del 70 del siglo pasado, aparece en el contexto colombiano la
etnoeducación como un proyecto político, como un modelo ycomo un derechopara la
educación de la población afrodescendiente. Esto se debe a que ha existido una
tradición intelectual temprana en la negritud colombiana, la cual ha sido
invisibilizada dentro de la construcción histórica nacional. Conviene enfatizar entonces, que en la
intelectualidad negra existe un pensamiento y una lucha educativa de vieja data
que no ha sido visible en los análisis históricos sobre la etnoeducación y en
este sentido, los viejos problemas de la negritud son parte de las luchas
etnoeducativas afrocolombianas. El
pensamiento diaspórico es parte de la historia de la nación y de la
etnoeducación en Colombia.
En suma
la etnoeducación apunta hacía la construcción de una POLITICA CULTURAL que
revalorice la cultura afrodescendiente y que cuente con una amplia
participación de la comunidad docente, una POLÍTICA PÚBLICA que
institucionalice, canalice esfuerzos y cree los instrumentos para dar curso a
las demandas y reivindicaciones de estas poblaciones y una PEDAGOGÍA CULTURAL
que redefina la escuela y las culturas,
así como los modos de construcción de conocimiento.
En suma
hay que comprometerse con la construcción de un proyecto político a favor de la
transformación radical de las estructuras generadoras de opresión racial en los
países de la región. Estas
transformaciones requiere del accionar comprometido del movimiento
afrodescendiente, que debe fortalecer su articulación a con otros actores de
las luchas locales y globales para lograruna voluntad política del Estado que
de curso a las demandas y derechos de esta población.
Finalmente,
la etnoeducación debe ser pensada como un proyecto político para un país que
tiene que resolver el tema del racismo, entendiendo que el racismo en la
escuela es un problema de derechos humanos. De esta discusión surgen importantes
desafíos útiles para pensar la realidad de la población afrodescendiente en la
Argentina:
1. Romper con la invisibilidad de la
población afrodescendiente en el terreno intelectual
2. Reconocer la Diáspora etnoeducadora y
avanzar en la construcción de la etnoeducación intercultural
3. Desmontar las “historias oficiales” que
sostienenrelatos hegemónicos
4. Analizar el lugar que asigna la escuela
a los afrodescendientes en la construcción de la nación.
5. Identificar de qué manera el espacio
escolar contribuye a la subalternización de estos grupos y al sostenimiento del
orden racial estructural que limita los espacios de participación y el acceso a
derechos a estas poblaciones, reforzando y manteniendo estereotipos y prácticas
de marginación y discriminación.
6. Retomar la experiencia de campañas
pedagógicas elaboradas por maestros afrodescendientes de Colombia y repensarlas
para el contextoargentino: “Yo no me llamo negrito”, “Los murales de nuestra
identidad”,“Las muñecas y los muñecos negros” entre otras.
7. Generar procesos de socialización
política en el contexto de una educación no racista ya que nadie deja de ser
racista por decreto.
8. Diasporizar las prácticas pedagógicas
9. Recuperar la historia intelectual afro
y la historia afroeducativaen la
Argentina
10. Aportar a la construcción, creación y
sistematización de contenidos para abordar la tematica en el aula.
Desde la
Agrupación Xango nos comprometemos fuertemente a la generación de aportes y
contenidos en este camino para promover una educación no racista.